Tras terminar Bulletstorm, juego del cual podéis encontrar un micronimio en el que os cuento lo mejor y peor de este título a mi parecer, me embarqué en una nueva aventura. En este caso, se trataba de Deus Ex Human Revolution en su versión para x360. Iba convencidísimo de que me iba a gustar ya que su temática y su universo me atraían cosa mala. Desde entonces ha pasado sobre un mes. Sí, he tardado un mes en acabarlo. Podéis pensar que si he tardado tanto debe ser porque no me ha terminado de enganchar. Nada más lejos de la realidad.
En Deus Ex encarnamos a Adam Jensen, un expolicía recientemente contratado como jefe de seguridad en Sarif Industries, una de las empresas más poderosas del mundo en la investigación y desarrollo de aumentos (unos implantes tecnológicos que mejoran las capacidades del ser humano). Al principio del videojuego viviremos un incidente por parte de un grupo terrorista que cambiará nuestra vida de forma radical, y a partir de entonces tendremos que investigar para descubrir el por qué de este atentado y toda una serie de intrigas que se esconden en el siempre problemático mundo de los aumentos.
Básicamente, y para que se entienda mejor nos encontramos en un mundo futuro en el que el ser humano ha conseguido autoimplantarse 'mejoras' para hacerle más fácil la vida pero que a su vez necesitan de muchas atenciones médicas para no ser rechazadas. A su vez, todo esto ha generado el debate en todo el mundo sobre si es moralmente aceptable modificar tecnológicamente a humanos, y este debate ha comenzado a sobrepasar la lucha dialéctica entre los defensores de las distintas posiciones.
Como podéis ver se trata de un argumento nada común en estos tiempos en los que los marines supervitaminados y salvadores del mundo son la tónica general. Ante este panorama Deus Ex se presenta de manera que además de hacernos pasar muy buenos ratos y disfrutar con la fantástica ambientación que ofrece nos hace pensar un poco sobre diversos temas muy interesantes.
Aunque si hay algo que merece ser recalcado, es esa ambientación. Partimos de que el juego se ve simplemente bien, no termina de destacar. Y a la hora de la verdad, tampoco es que nos importe mucho porque la ambientación es sublime. Desde el vestuario tan particular hasta las distintas bandas que nos encontramos pasando por unos vehículos y unos edificios espectaculare. Todo con un sello muy ciberpunk muy marcado.
Pero sin dudarlo, lo mejor que tiene este Deus Ex es su jugabilidad (quitando un punto que veréis más adelante). Tenemos la opción de hacer directamente las misiones y acabar. Seguramente en menos de una semana lo podríamos hacer. Lo que ocurre es que Deus Ex se presta a que te pierdas. Te ofrece una completa libertad y te perderás por las ciudades o los mismo interiores buscando periódicos o ebooks que te amplían la información sobre todo el universo creado. Te pararás a hablar con cualquier personaje aunque no te cuente más que trivialidades. Serás buena persona (o no), pero os digo que cualquier ordenador que encontréis lo hackearéis para leer los e-mails que contiene y entraréis en todas las casas que podáis nada más que para golismear..
Y llegamos a lo mejor del título a mi parecer. No me cuesta nada reconocer que este Deus Ex es el mejor juego de infiltración y sigilo que he jugado hace mucho tiempo, seguramente desde los Splinter Cell en que el sigilo era lo más importante. Deberemos esquivar enemigos, robots, cámaras... y para ello dispondremos de multiples caminos. Es cierto que según avanzas aparece cierta monotonía en las mecánicas para esto, pero aún asi es un auténtico placer ir pos túneles de ventilación, escondernos tras los obstáculos, usar las mejoras que nos otorgan los aumentos... todo un lujo de juego en este sentido señores.
Pero oye, no todo es bueno en este Deus Ex ni mucho menos. Voy a centrar mi crítica negativa en tres puntos que son los que se me vienen a la cabeza a la hora de escribir este nimio. En primer lugar tenemos el doblaje. Un doblaje de fuertes contrastes ya que en ocasiones parece ser muy bueno pero en otras muchas suena paupérrimo. Por poner un ejemplo del principio del juego nos encontramos con una conversación entre Jensen y su jefe en la que este último habla totalmente relajado mientras Jensen contesta totalmente excitado sin razón alguna. Algo que achaco a el no mostrar las imagenes que doblan a los dobladores y que como digo da resultados pésimos en muchas situaciones, aparte de algunas voces que simplemente son de risa.
La segunda crítica viene por una falta de emoción y epicidad en muchos momentos que podría haber quedado genial. Y por qué no decirlo, una carencia de emoción y 'realidad' que se hace notar mucho en las CG's, algo que me chocó mucho ya que Square-Enix suele hacer CG's sumamente espectaculares.
Y como joya de la corona de lo malo de este juego nos encontramos a los PATÉTICOS jefes finales que nos encontramos a lo largo del juego. Unos jefes en los que toda la táctica y estrategia que utilizas el resto del juego tienes que guardarla y simplemente utilizar el arma más potente y disparar a saco rezando que el enemigo no te mate antes que tú a él. Unas armas que además son bastante numerosas y que puedes mejorar pero que a la hora de la verdad, yo solamente he utilizado un fusil pesado y el tifón, una mejora que lanza alrededor nuestro un montón de explosivos que causan estragos con los enemigos.
Como he dicho, tiene fallos muy grandes. Pero el regusto que te deja al terminarlo (espectaculares todos los finales que dependen de decisiones que tomamos) es simplemente fantástico dejando todos estos fallos en un segundo plano. Ojalá se hicieran mucho juegos como este, con unas historias tan profundas y una jugabilidad que nos de tal poder de decisión.