Me atrevería a decir que hasta el momento, cada libro que he comenzado lo he terminado. Todos menos uno. Todos menos esta famosísima obra que os traigo hoy, que por motivos que más adelante comentaré, abandoné en dos ocasiones. Pero en esta ocasión he hecho bueno el dicho 'a la tercera va la vencida' y con mucha fuerza de voluntad he acabado de leer 'El nombre de la rosa'. Mi opinión, a continuación.
Esta novela, publicada por Umberto Eco en 1980, supone un viaje a la Italia del sigo XIV en un momento muy convulso para el cristianismo. Acompañamos a fray Guillermo, monje franciscano con grandes dotes para la deducción, y al novicio Adso que actúa como narrador de la historia en la recta final de su vida. Ambos llegan a una fabulosa abadía en una misión religioso-política pero se encuentran con una sospechosa muerte la cual tratarán de resolver y por culpa de la cual descubrirán numerosos misterios de un lugar en el que nada es lo que parece.
Aparentemente Eco nos ofrece una novela policíaca en una época nada usual, pero lo cierto es que la obra ofrece muchas más aristas de un prisma muy complejo. 'El nombre de la rosa' es una genial novela histórica en la que podemos revivir hechos muy relevantes para la Iglesia Católica con el enfrentamiento entre el Papa y el emperador Ludovico IV así como el funcionamiento de la Inquisición. Incluso nos da una perfecta clase de arquitectura al describir la abadía con todo detalle.
Lo que esta obra me deja muy claro, es que no es una lectura fácil. Y no me refiero a que utilice un lenguaje complicado ya que Eco localiza a la perfección el vocabulario al siglo XIV hasta el punto de mantener partes en latín y otros idiomas. Me refiero a que es una lectura dura, con momentos que rozan el tedio y que te hacen plantearte si continuar. Pero tras superar esa barrera (el propio Eco admite que el inicio es una prueba, un reto para el lector), 'El nombre de la rosa' te recompensa con escenas impresionantes que se graban en la memoria.
Por ejemplo, y sin entrar en detalles, dos capítulos se me han grabado a fuego. Por una parte, asistimos a un juicio inquisitorial en el que se ilustra a la perfección cómo debían ser en realidad, llegando a un clímax brutal y dejando algunas imágenes muy, muy potentes. Por otra, asistimos a un sueño revelador muy loco en el que el caos y el sin sentido se hacen dueño de la mente de uno de los personajes.
El regusto final que nos deja la historia es muy bueno, combina momentos de investigación al más puro estilo CSI con otros en los que los diálogos son los auténticos protagonistas, y sobretodo nos queda la sensación de haber leído algo grande. Además, 'El nombre de la rosa' es uno de esos libros que, nada más terminarlo, te invita a una relectura para, tras conocer los acontecimientos, descubrir detalles en un principio ocultos.
Como extra, en la versión digital que he leído y tras terminar la obra, se incluye el tratado 'Apostillas a El nombre de la rosa' en el que Umberto Eco da algunas claves claves muy interesantes sobre el porqué de la novela y sobre su proceso de escritura que no dejan indiferente a nadie. Un añadido bastante acertado para comprender más sobre la profundidad de la obra.
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